Si te has presentado a una oposición y crees que ha habido un error en tu corrección, puntuación o exclusión, seguramente te hayas preguntado:

¿Reclamar sirve de algo?

La respuesta corta es: sí, puede servir. Pero depende de varios factores. A continuación, te explicamos cuándo tiene sentido presentar una reclamación en una oposición y cómo hacerlo correctamente.

¿Por qué reclamar?

Existen varios motivos por los que un aspirante decide presentar una reclamación en un proceso selectivo:

  • Errores en la corrección del examen.

  • Puntuaciones mal sumadas o mal aplicadas.

  • Exclusión de listas sin justificación clara.

  • Preguntas mal redactadas o anulables.

  • Incumplimiento de las bases por parte del tribunal.

Una reclamación no solo es un derecho, sino también una vía para corregir errores administrativos o injusticias puntuales.

¿En qué casos suele prosperar una reclamación?

No todas las reclamaciones tienen éxito, pero hay situaciones en las que sí se han resuelto favorablemente para el opositor:

  • Cuando se demuestra un fallo aritmético evidente.

  • Si hay una pregunta impugnada por varios aspirantes y se anula oficialmente.

  • Cuando se acredita que se aplicó mal el baremo de méritos (en concursos-oposición).

  • Si se comprueba que se vulneró el principio de igualdad o mérito.

En estos casos, la administración puede corregir el error, modificar las notas e incluso incluir al reclamante en la lista de aprobados.

¿Qué se necesita para que tenga efecto?

Para que una reclamación tenga más posibilidades de prosperar:

  1. Debe estar bien fundamentada: no basta con decir “no estoy de acuerdo”. Hay que aportar argumentos claros, legales o técnicos.

  2. Hay que presentarla en plazo: normalmente, el plazo para reclamar es de 3 a 5 días hábiles desde la publicación del resultado provisional.

  3. Debe respetar las vías oficiales: se presenta ante el órgano convocante, por sede electrónica o en los registros habilitados.

  4. Tener tono formal y respetuoso: aunque se expongan errores, la reclamación debe mantener siempre la cortesía institucional.

¿Qué no suele funcionar?

Hay reclamaciones que rara vez tienen recorrido:

  • Alegaciones genéricas sin pruebas.

  • Quejas basadas solo en sensaciones (“creo que lo hice mejor”).

  • Peticiones fuera de plazo.

  • Reclamaciones sobre criterios subjetivos del tribunal, si están dentro de lo previsto en las bases.

¿Y si no me contestan o la rechazan?

Si no obtienes respuesta, o si se desestima tu reclamación y consideras que hay una vulneración grave, puedes presentar un recurso de alzada o incluso acudir a los tribunales (contencioso-administrativo).

Eso sí, este camino es largo, lento y puede implicar gastos, por lo que conviene valorar su viabilidad antes de iniciarlo.

Conclusión

Reclamar en una oposición sí puede servir, siempre que haya una base sólida, se sigan los cauces adecuados y se actúe dentro de plazo.

No es una garantía de éxito, pero puede marcar la diferencia entre quedarse fuera por un error y entrar en la lista de aprobados.

Si has detectado una irregularidad real, no lo dudes: reclamar es un derecho, y ejercerlo con responsabilidad es parte del proceso.