El salario base de los funcionarios es uno de los temas que más interés genera tanto en quienes ya trabajan en la administración como en quienes están preparando oposiciones. Tras varios años de subidas moderadas y con una inflación que ha reducido el poder adquisitivo, 2026 se presenta como un año decisivo. Las previsiones apuntan a nuevos ajustes, pero todavía hay incertidumbre sobre su alcance real.
Situación actual
Durante los últimos ejercicios se han aplicado incrementos salariales que, en muchos casos, han quedado por debajo de la subida del coste de la vida. En 2025 se aprobó un aumento del 0,5 %, con efectos retroactivos, que supuso una ligera mejora en el sueldo de los empleados públicos.
Aun así, los sindicatos han denunciado que la pérdida de poder adquisitivo acumulada en los últimos años supera el 20 % en algunos cuerpos. Por ello, la reivindicación principal para 2026 es una subida vinculada al IPC que permita, al menos, no seguir perdiendo nivel salarial.
Previsiones para 2026
1. Subida ligada al IPC
La principal expectativa es que el incremento salarial esté directamente vinculado al índice de precios al consumo. Esto garantizaría que los sueldos no se queden atrás respecto al coste de la vida.
2. Incremento porcentual adicional
Además de la referencia al IPC, se barajan cifras de subida que podrían situarse entre un 1 % y un 3 %, dependiendo de la negociación entre Gobierno y sindicatos.
3. Aplicación retroactiva
Es muy probable que cualquier subida se aplique con efectos desde el 1 de enero de 2026, siguiendo la práctica de años anteriores.
4. Ajustes en complementos
Aunque la subida afecta al salario base, también se espera una revisión de los complementos de destino, específicos y de productividad. Estos representan una parte importante de la nómina final, y su actualización es clave para reflejar el sueldo real de los funcionarios.
5. Equiparación territorial
Uno de los puntos que más debate genera es la diferencia salarial entre comunidades autónomas. Para 2026 se prevén avances en la equiparación, aunque no será sencilla, ya que cada administración maneja su propio presupuesto.
Escenarios posibles
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Escenario optimista: Subida cercana al 3 %, ligada al IPC, con efectos retroactivos y una revisión general de complementos.
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Escenario moderado: Incremento del 1-2 %, parcialmente ligado al IPC, con mejoras en algunos complementos pero aplicadas de manera gradual.
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Escenario conservador: Subida mínima (en torno al 1 %), sin retroactividad clara y con pocas modificaciones en complementos.
Conclusión
El año 2026 será clave para definir el futuro del salario base de los funcionarios. Todo apunta a que habrá una subida vinculada a la inflación, probablemente acompañada de mejoras en los complementos y con efectos retroactivos desde enero.
No obstante, el porcentaje exacto y el alcance final dependerán de las negociaciones en los Presupuestos Generales del Estado y de la capacidad económica de cada administración. Para quienes opositan o ya forman parte de la función pública, conviene seguir de cerca las novedades, ya que marcarán la diferencia en el poder adquisitivo real de los próximos años.